A veces los refranes son conocidos como "dichos de la abuela" porque son frases que se repiten de generación en generación y que forman parte de la cultura popular. Los refranes pueden variar según el lugar donde se digan, aunque con esto de la globalización capaz que haya coincidencias.
Según dicen, los refranes son una especie de síntesis de la sabiduría adquirida por la humanidad. "No hay peor sordo que el que no quiere oír" Eso es totalmente cierto. "Sobre gustos no hay nada escrito" No es muy buen ejemplo porque tengo este blog y son mis gustos y los he escrito. Pero vayamos al juego mejor.
Se seleccionan unos refranes para escribir en unos papelitos. Luego, se corta por la mitad cada refrán. Generalmente los refranes permiten cortes perfectos como "Quien espera, desespera". Entonces por un lado tendríamos "Quien espera" y por el otro "desespera".
Una vez que tenemos todos los refranes cortados, los mezclamos. El objetivo del juego es armar los refranes. Se puede plantear que el grupo que arma primero sus refranes gana.
Y después se puede conversar acerca de los refranes, sobre su significado, cuál es el más gracioso, etc. También esto le permite ver a los niños que, a veces, algunas frases tienen otra capa de interpretación. Por ejemplo, ¿alguien me quiere explicar qué quiere decir que a todo chancho le llega su San Martín? Ajá, acá leo que "tarde o temprano todo se paga". Igual es raro lo del chancho. En fin.
Bueno, eso sería el juego. Otra propuesta que se puede hacer es que los niños inventen algún refrán.
Por último, agradezco haber tenido un taller de juego en el profesorado y haber aprendido juegos como este.
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