sábado, 14 de diciembre de 2024

En el arca a las ocho, de Ulrich Hub

Este libro es ingenioso, divertido, plantea discusiones filosóficas sobre la existencia de un ser superior, sobre el origen de todo, la culpa y la amistad. Tres pingüinos se encuentran en el medio de la nada, en un desierto de nieve y se ponen discutir acerca de la existencia de Dios de una forma acalorada para el frío polar donde se ven sumergidos. En un momento, llega una invitación: dos boletos para subir al barco de Noé y salvarse. El problema es que son tres. ¿Por qué solo dos deben ser los salvados? ¿Por qué dejar que uno muera? ¿Por qué tienen que ser dos de cada especie? ¿Por qué los elegidos son ellos? ¿Por qué el otro no merece vivir? 

La buena literatura es la que nos incomoda, la que nos genera preguntas, la que nos pone obligadamente en los zapatos de otro, la que nos hace viajar a otros mundos. Por eso me parece sumamente importante que se lea este tipo de libros, que no subestiman al lector con una bajada de línea, sino que lo invitan a reflexionar.

Durante mucho tiempo, la literatura infantil estuvo orientada a inculcar valores o a dar instrucciones para crecer de cierto modo. Todavía se ofrece así en muchas editoriales, marcando cruces sobre los valores que implica un libro, como si hubiera un inspector moral, siendo que en verdad debería ofrecerse por el argumento, por sus recursos estéticos, estructura narrativa, originalidad, por su planteo, critica social, etc.

En el arca a las ocho, de Ulrich Hub, es un libro fabuloso. Fue editado por Norma en su colección Torre de papel roja.  


Rincones tenebrosos, de Fabián Sevilla

Muchos niños y niñas piden leer historias de terror. Por un lado, podríamos decir que el género de terror está bastante arraigado en la cultura popular y que eso fomenta su consumo. Todo el mundo conoce algún mito o leyenda urbana, tiene alguna historia de fantasmas para contar. Asimismo, el terror contiene suspenso y no hay nada más efectivo para atrapar al lector. Por otra parte, podríamos explicar la demanda de este tipo de relatos porque evoca a un personaje indefenso. Los pequeños saben que son vulnerables y necesitan hablar con los adultos sobre estas cuestiones para poner en claro cuáles son los verdaderos peligros, para saber que los adultos estarán cuidándolos para que no les pase nada malo. 

Dicho esto, antes de trabajar el género con alumnos pequeños conviene articular el contenido con una clase de ESI sobre miedo. Un libro disparador puede ser "Miedo", de Graciela Cabal. A partir de allí, será bueno discutir con los alumnos sobre a qué le suelen tener miedo, reconocer que el miedo es una emoción, que es normal si sentimos miedo y que hay cosas que podemos hacer para sentirnos mejor. Al poder hablar de esto, los niños podrán escuchar lo que le sucede a otro compañero, no sentirse raros por lo que les pasa y pensar distintas estrategias para que el miedo no afecte su calidad de vida.

Ahora sí, vamos con el libro. Rincones tenebrosos, de Fabián Sevilla, que contiene dos historias de terror. La primera transcurre en un campamento, en una cabaña abandonada. Allí los chicos comentarán distintos mitos urbanos. La segunda tiene como escenario un sótano. Si bien se hace mención a varios personajes de terror, aquí se centra en el mito de los formorianos, unos vampiros caníbales que toman partes del cuerpo de otros seres.

 

¿Qué sucedió en el aula? Muchos alumnos conocían los mitos a los que se hacía mención, incluso otros. También hablaron sobre las pijamadas y los relatos de este tipo de historias. Muchos se ofrecieron como voluntarios para ir en una misión a investigar si realmente existen este tipo de criaturas. 

A partir de la lectura, los alumnos pensaron en otros posibles escenarios para crear historias de terror, así como personajes típicos. Luego, leyeron otras historias y pudieron hacer una comparación sobre por qué algunas daban más miedo que otras, qué recursos habían sido más efectivos para ese cometido. Incluso el terror puede mezclarse con el humor, reírnos de lo que nos da o pretende dar miedo.

El libro puede incluir un recorrido lector sobre terror o seguimiento de autor (Fabián Sevilla tiene otras historias con monstruos). Fue ilustrado por Fernando Carmona y pertenece a la colección Negrita de la editorial Quipu. También se puede encontrar en formato e-book.

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