Muchos niños y niñas piden leer historias de terror. Por un lado, podríamos decir que el género de terror está bastante arraigado en la cultura popular y que eso fomenta su consumo. Todo el mundo conoce algún mito o leyenda urbana, tiene alguna historia de fantasmas para contar. Asimismo, el terror contiene suspenso y no hay nada más efectivo para atrapar al lector. Por otra parte, podríamos explicar la demanda de este tipo de relatos porque evoca a un personaje indefenso. Los pequeños saben que son vulnerables y necesitan hablar con los adultos sobre estas cuestiones para poner en claro cuáles son los verdaderos peligros, para saber que los adultos estarán cuidándolos para que no les pase nada malo.
Dicho esto, antes de trabajar el género con alumnos pequeños conviene articular el contenido con una clase de ESI sobre miedo. Un libro disparador puede ser "Miedo", de Graciela Cabal. A partir de allí, será bueno discutir con los alumnos sobre a qué le suelen tener miedo, reconocer que el miedo es una emoción, que es normal si sentimos miedo y que hay cosas que podemos hacer para sentirnos mejor. Al poder hablar de esto, los niños podrán escuchar lo que le sucede a otro compañero, no sentirse raros por lo que les pasa y pensar distintas estrategias para que el miedo no afecte su calidad de vida.
Ahora sí, vamos con el libro. Rincones tenebrosos, de Fabián Sevilla, que contiene dos historias de terror. La primera transcurre en un campamento, en una cabaña abandonada. Allí los chicos comentarán distintos mitos urbanos. La segunda tiene como escenario un sótano. Si bien se hace mención a varios personajes de terror, aquí se centra en el mito de los formorianos, unos vampiros caníbales que toman partes del cuerpo de otros seres.
¿Qué sucedió en el aula? Muchos alumnos conocían los mitos a los que se hacía mención, incluso otros. También hablaron sobre las pijamadas y los relatos de este tipo de historias. Muchos se ofrecieron como voluntarios para ir en una misión a investigar si realmente existen este tipo de criaturas.
A partir de la lectura, los alumnos pensaron en otros posibles escenarios para crear historias de terror, así como personajes típicos. Luego, leyeron otras historias y pudieron hacer una comparación sobre por qué algunas daban más miedo que otras, qué recursos habían sido más efectivos para ese cometido. Incluso el terror puede mezclarse con el humor, reírnos de lo que nos da o pretende dar miedo.
El libro puede incluir un recorrido lector sobre terror o seguimiento de autor (Fabián Sevilla tiene otras historias con monstruos). Fue ilustrado por Fernando Carmona y pertenece a la colección Negrita de la editorial Quipu. También se puede encontrar en formato e-book.
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