Este libro se vendió en los kioscos de revistas en una oferta de 2x1. No me gusta comprar libros que no puedo mirar, así que dejé pasar la oferta. Por suerte, una compañera lo compró y me lo mostró. La historia es tierna, divertida, tiene lindas ilustraciones y es sobre cavernícolas. Un buen producto que, para mi gusto, está mal exhibido.
Orq es un niño cavernícola que tiene como mascota un mamut (Woma). Nuestras mascotas, los perros y los gatos, crecen pero no tanto como para no poder entrar en las casas de sus dueños. Bueno, los mamuts crecen mucho, mucho, muchísimo y no pueden ser domesticados. Por eso, la madre de Orq quiere al mamut lejos de la cueva. Sin embargo, el cariño que tiene Orq por Woma es inmenso, más grande que el propio Woma. Así comienza esta historia, en la que Orq tendrá que hacer todo lo posible para mantener a su lado al mamut.
Algo interesante en el relato es que Orq no conjuga los verbos, habla en infinitivo. Eso puede ser un disparador para reflexionar sobre el lenguaje. No vamos a hablar del pluscuamperfecto con un niño de seis años, pero sí podemos preguntarnos: ¿Por qué Orq hablará así? ¿Cómo hablamos nosotros?
El libro fue editado por Planeta de Agostini y viene en tapa dura.
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