Una pesadilla. Una mirada penetrante, de esas que se quieren esquivar pero que insisten en que la veamos. Unos ojos amarillos que observan y amenazan al protagonista.
"Ojos amarillos", de Ricardo Mariño, es una novela corta que logra inquietar a sus lectores dosificando elementos que a todos producen conmoción. La novela comienza con una frase escalofriante "Ahora que sí me decidí a escribir esta historia quiero comenzar...". El autor dudó sobre escribir este libro. Y como lector nos preguntamos. ¿Por qué? ¿Es fuerte lo que va a contar? ¿Corre peligro el autor en contar algo que no debe? A ese comienzo le siguen varios sucesos que generan el clima necesario para querer seguir leyendo y temer por lo que va a ocurrir. La pesadilla de un niño. Una pesadilla colectiva. Todos los vecinos sueñan con lo mismo: unos ojos amarillos atacan a Joaquín. Un gato negro de ojos amarillos que vaga por lugares donde ocurren ¿accidentes? mortales. Un cura que no puede calmar aquellos espíritus preocupados. Un curandero que aparece para darle un poco más de mística al fenómeno. Vecinos que transforman su nerviosismo en agresividad. Y lo peor de todo: el gato negro de ojos amarillos ronda cerca de Joaquín. ¿Se salvará este muchacho? Y así como esta novela tiene un gran comienzo hay un gran final.
"Ojos amarillos", de Ricardo Mariño, fue ilustrado por Sandra Lavandeira. Las ilustraciones acompañan muy bien esa aura de misterio que propone la novela. El libro fue editado por Loqueleo y la edad de lectura sugerida es para más de doce años. Para mí, es un libro que tranquilamente se puede leer a partir de los diez.
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