Esta historia sencilla sobre la vida de una mascota está contada desde una perspectiva canina. El perro cree que se llama ¡No! porque cada vez que hace algo, su familia le dice no a esto, no a lo otro, siendo que, según él, todo lo que hace es portarse bien y ayudar en el hogar. Pero, como bien sabemos, toda historia tiene otro punto de vista. Las ilustraciones del libro nos muestran lo que piensan los otros integrantes de la familia. Por ejemplo, cuando el perro considera que está ayudando a recoger la ropa, un niño, preocupado, trata de sacar el pantalón que el perro tiene entre los dientes.
En este libro texto e imagen se complementan, la gracia está en que la imagen contradice lo que está escrito.
Las ilustraciones son realmente tiernas y pícaras. La carita de ese perro en cada escena es genial. Por más que haga lío, es un perro adorable.
El hecho de que sea una narración sencilla lo hace ideal para primeros lectores. Sin embargo, tiene que quedar explicíto este juego de perspectivas, para que el niño aprenda sobre este recurso literario y empiece a pensar en la subjetividad. Algo que hasta a algunos adultos les cuesta comprender.
El libro de Marta Altés fue editado por Thule Ediciones y ha llegado al país por Calibroscopio.
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