¿Vieron que cuando a uno le ruge la panza dice algo así como "tengo un hambre feroz"? Bueno, esa sensación es bastante normal. Porque tener un hambre feroz es lo mismo que decir me comería con mucho
gusto todo el paquete de galletitas dulces, toda la pizza que sobró de
anoche, el kilo de helado yo sola si nadie me saca la cuchara. Pero hay otro tipo de hambre, el hambre de ogro que incluye la torta de la bruja, el estofado de cerdo del lobo y hasta los pequeños lectores.
El libro Hambre de ogro es ideal para los niños que recién comienzan a leer. Antiguamente, los niños aprendían a leer con oraciones como "mi mamá amasa la masa". Frases que no traían ningún tipo de novedad (si la madre tenía ciertas aptitudes culinarias). A diferencia de esto, este libro trae una sorpresa: sentirse amenazado por un ogro cuando dice que va a comerse a sus pequeños lectores. ¿Qué mejor estímulo para que los niños lean?
Así como pienso que este libro es ideal para quien empieza a leer, no estoy segura de que sea un buen libro para narrar porque los niños pasarían a ser oyentes, lo que sería algo desconcertante para el efecto buscado. Creo que no hay nada mejor que ver sus caras cuando dan vuelta la página y se encuentran con esa propuesta: ser alimento de ogro.
Hambre de ogro cuenta con unas simpáticas ilustraciones de Matthieu Maudet. Fue editado por Oceano Travesía.
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