sábado, 25 de noviembre de 2017

El misterio del Holandés Errante, de Franco Vaccarini

Inglaterra, siglo XIX, barcos zarpando de los puertos, barcos fantasmas, historias de mar. Un periodista, de esos que se hicieron de oficio, sin donde caerse muerto, encuentra LA historia, la historia que puede cambiar su vida. Pero las historias no se ven a través de la ventana de una redacción (aunque Hitchcock podría discutir esto), hay que ir a buscarlas donde ocurren los hechos: en las  profundidades del océano, en las noches de tormenta, cuando aparecen los espectros.

El periodista conoce a una condesa y a su hijo, y con ellos profundiza su conocimiento sobre la historia de El holandés Errante, un misterio que ha atormentado a varias tripulaciones, en donde hay pactos con el diablo y fantasmas.



La novela de Franco Vaccarini tiene de todo un poco: suspenso, aventura, romance, algo fantástico. De todo. Sumado a esto, las descripciones son extraordinarias. Tanto de los escenarios como de los personajes. 

Es un acierto que el personaje principal sea un adulto. También cómo se plantea el vínculo con el hijo de la condesa. Suena auténtico y ayuda a darle volumen a los personajes. En cuanto a la condesa, suele generar un halo de misterio, una ambigüedad interesante. No están claras sus intenciones. La atracción que siente el periodista por ella, sí. Y es muy novelesco. El muchacho de clase baja que se siente enamorado de alguien de otra clase social y encima ¡con título nobiliario!

Otra cosa para destacar es la edición (Pictus) y la ilustración de tapa (de Poly Bernatene), muy a tono con un libro de misterios en alta mar.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Rafaela, de Mariana Furiasse

Rafaela es una adolescente que tiene sobrepeso y que hace todo lo posible para volverse invisible. También es una chica sin padre y que no se lleva bien con su madre. Rafaela, como toda joven, se siente insegura ante la mirada de los demás. Y como suele ocurrir en todo grupo joven, otros chicos depositan sus propias inseguridades en agravios hacia su persona. Además de todo eso, Rafaela es una chica con una gran sensibilidad.


La novela de Mariana Furiasse es buena porque: la forma en que está redactada la hace verosímil. Hay días mejores y peores para Rafaela. El personaje sufre avances y retrocesos. A veces se acepta como es y otras, en su mayoría, no lo hace. También es una buena novela porque deja un final abierto. Hubiese sido desacertado hacerla adelgazar para que encuentre el príncipe azul. O que su amigo estuviera 100% seguro de lo que quiere. Así es la adolescencia, un camino lleno de incertidumbres para encontrarse a sí mismo, entre los mandatos sociales.

Algunas personas opinan que la novela debería tener una perspectiva más clara para los adolescentes, enseñarles el camino para salir de esa situación de angustia. La novela no debe cumplir esa función. No es un libro de autoayuda. Es una novela que cuenta la historia que  muchas chicas viven o vivieron por culpa de la imagen que la sociedad capitalista ha construido, en el que las mujeres deben ser de determinada manera para ser bellas.

 Lean lo que nos cuenta Rafaela, seguro empatizarán rápidamente con ella.

 

domingo, 5 de noviembre de 2017

Con un rectángulo de papel...

Hacemos un barquito de papel. Y empezamos a contar una historia de un barco que navega los mares en busca de tesoros. Inesperadamente, una tormenta de esas que tienen todo (lluvia, ráfagas de viento, truenos, cascotes) azota el barco y lo rompe (cortamos la punta del barco). Algunos marineros, desesperados, se agarran a lo que sea, otros corren a buscar los salvavidas. La tormenta sigue y otro golpe fractura el barco (cortamos el otro extremo del barco). El mástil se quiebra por las tremendas condiciones climáticas (cortamos la parte de arriba). El barco se hunde. Los piratas, aunque son malos, porque siempre los piratas son malos, se salvan. Logran nadar hacia una isla llenas de cocos y frutas de dudosa apariencia. La pregunta del millón es: ¿Qué quedó del barco? Algunos dicen que encontraron el tesoro, aunque estos piratas no tenían ni un doblón. Otros piensan que son las maderas del barco, lo que no es gran cosa. Lo que se encuentra del barco (abrimos el papel) es... la camiseta del capitán.






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