domingo, 5 de noviembre de 2017

Con un rectángulo de papel...

Hacemos un barquito de papel. Y empezamos a contar una historia de un barco que navega los mares en busca de tesoros. Inesperadamente, una tormenta de esas que tienen todo (lluvia, ráfagas de viento, truenos, cascotes) azota el barco y lo rompe (cortamos la punta del barco). Algunos marineros, desesperados, se agarran a lo que sea, otros corren a buscar los salvavidas. La tormenta sigue y otro golpe fractura el barco (cortamos el otro extremo del barco). El mástil se quiebra por las tremendas condiciones climáticas (cortamos la parte de arriba). El barco se hunde. Los piratas, aunque son malos, porque siempre los piratas son malos, se salvan. Logran nadar hacia una isla llenas de cocos y frutas de dudosa apariencia. La pregunta del millón es: ¿Qué quedó del barco? Algunos dicen que encontraron el tesoro, aunque estos piratas no tenían ni un doblón. Otros piensan que son las maderas del barco, lo que no es gran cosa. Lo que se encuentra del barco (abrimos el papel) es... la camiseta del capitán.






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