En Villa Coyoi ocurre algo inesperado. Un anciano pacífico, de movilidad reducida, se transforma en un ser amenazante. Ataca fuera de sí, con una fuerza proveniente de otro lugar, que no son propias de sus entrañas. A partir de ese momento, se desencadenan varios sucesos inexplicables. Algunos habitantes de Villa Coyoi tienen un accionar irreconocible. Francisco y Lucy advierten que hay algo en común en todos ellos: todos fueron poseídos por el alma de un pirata. Por el alma en pena de Robert "Rat" Ronson. Uno de los piratas más peligrosos que ha tenido la historia de los mares. ¿Cómo llegó el alma de un pirata que perteneció a la "Cofradía de los perros sanguinarios" a un pueblo? Precisamente por un hobby, por coleccionar botellas con réplicas de barcos.
El final del libro "Un hobby siniestro", de Fernando de Vedia, permite una segunda parte. Todos los pueblerinos creen que todo ha vuelto a la normalidad pero no es así. El intendente de Villa Coyoi ha sido poseído por el alma de Edward Ronson, el hermano de Robert. En "El fantasma del último pirata", Edward Ronson va a buscar la manera de liberar nuevamente a su hermano y quedarse con el dinero de todo el pueblo. Como no podía ser de otra manera, los hermanos Francisco y Lucy son los encargados de salvar al pueblo.
Cada libro se puede leer por separado. "El fantasma del último pirata" tiene un resumen de la novela anterior. Los libros son de ágil lectura, atrapantes. El segundo libro no pierde fuerza, al contrario. Resulta interesante el vínculo entre dos hermanos piratas. Lo único que no me termina de cerrar es que en algunas partes de la trama, las cosas se acomodan en favor de los personajes, de forma oportuna.
Las expresiones de las ilustraciones del interior del libro me hacen acordar a las novelas gráficas. La tapa del segundo libro me parece más atractiva que la del primero, pero entiendo que es difícil no spoilear.
Aunque la editorial sugiere su lectura desde 10 años, chicos de 8 años muy lectores pueden leerlo con tranquilidad. Recomendado para lectores que sean amantes del misterio y de las historias con piratas muy pero muy malos.
Las expresiones de las ilustraciones del interior del libro me hacen acordar a las novelas gráficas. La tapa del segundo libro me parece más atractiva que la del primero, pero entiendo que es difícil no spoilear.
Aunque la editorial sugiere su lectura desde 10 años, chicos de 8 años muy lectores pueden leerlo con tranquilidad. Recomendado para lectores que sean amantes del misterio y de las historias con piratas muy pero muy malos.
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