sábado, 17 de junio de 2017

Kirikú y la bruja (1998)

En una aldea africana, sometida por el poder de la bruja Karabá, nació Kirukú, un niño muy especial. Kirikú es muy pequeño pero muy astuto a la vez. Será el encargado de devolverle la felicidad al pueblo, y a la propia bruja, quien por sentir un dolor muy profundo es mala y codiciosa.
 

La película de Michel Ocelot y Raymond Burlet es muy interesante porque recupera algunas costumbres y  problemas propios del contexto donde se desarrolla la historia, como la falta de agua y la codicia por piedras preciosas. La bruja dice que se ha comido a varios hombres, cuando en realidad estos se han convertido en unos "fetiches" que hacen de un especie de "ejército" de la bruja, pues son los encargados de robar las joyas de las mujeres y a sus niños. Kirikú, mediante el uso de su inteligencia y su valentía, y los consejos de su abuelo sabio, liberará a todos de esa opresión. 

El pequeño Kirikú se pregunta "¿por qué Karabá es mala?", en vez de preguntar cómo derrotar a Karabá, lo que resulta una pregunta inteligente y afortunada. ¿Las personas son malas porque sí?, posibilita pensar en una transformación. Lo otro, solo contestar una violencia con más violencia. El hecho de que Karabá pueda dejar de ser bruja y que al resto del pueblo le cueste aceptar su cambio, también es un buen planteo. 

 ¡Super recomendable!

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