Antología: "No duermas en la habitación de la torre". Selección y traducción de Olga Drennen.

"No duermas en la habitación de la torre" es una antología de cuentos de terror, cuya selección y traducción fue realizada por la escritora Olga Drennen para la colección "La serie negra de Quipu", de dicha editorial. El libro contiene ilustraciones de Pablo Tambuscio. Para ser breve: es una gran compilación de seis cuentos clásicos de terror con vampiros y fantasmas.

1. La doncella, de Hume Nisbet

Un joven decide alejarse de la ciudad para despejar su mente. En la casa donde se hospeda, en un paraíso natural, vive una muchacha muy bella. El joven se enamora de la doncella sin saber qué tan peligroso puede llegar a ser el amor.

2. La habitación de la torre, de Edward Frederic Benson

Un hombre tiene una pesadilla recurrente. Se encuentra en la casa de un amigo y la madre de este, al caer la tarde, le indica que va a dormir en la habitación de la torre. El joven se despierta exaltado, no sabe por qué pero esa habitación encierra el horror. Un sueño así puede producir pavor, pero al fin al cabo, es un sueño. Todo queda en el mundo de Morfeo, donde es fácil salir. El problema es cuando los sueños son predicciones de que algo malo, realmente, va a suceder.

3. La granja Croglin, de Augustus Hare 

Una noche, una muchacha es atacada en su habitación por un bandido. La familia maximiza las medidas de seguridad, sin embargo, el atacante no es un simple mortal.

4. La verdadera historia de un vampiro, de Stanislaus Eric Stenbock

Un invitado puede generar una sensación de bienestar y también de malestar. Sobre todo si poco a poco va absorbiendo tu vida sin que te des cuenta hasta que es demasiado tarde.

5. Vera, de Auguste VIlliers de L'Isle-Adam 

A veces la negación de la muerte de un ser querido y el deseo de mantenerse en contacto puede atormentar a quien se queda en este mundo, si es que sus deseos se cumplen.

6. El abrazo frío, de Mary Elizabeth Braddon

Dos jóvenes se encuentran enamorados, tan enamorados que juran amarse, incluso, después de la muerte. Una tragedia amorosa que dejará en desuso la frase "hasta que la muerte los separe".