Cuando uno le pregunta a sus alumnos sobre poesía, lo primero que responden es que la poesía es escribir con rima. Esto ocurre porque, generalmente, en los primeros años de sus trayectorias escolares, los niños leen poesía con rima. ¿Por qué leen poesía con rima? Principalmente por dos razones. Una: la rima es una gran aliada del docente a la hora de alfabetizar. Dos: la oferta poética dirigida al público infantil viene, en su mayoría, con rima. Entonces, nuestra oferta debe ser más amplia, en cuanto a forma, recursos poéticos, temáticas.
Lo primero que trabajo con los chicos es la comparación con otros tipos de textos. ¿Para qué sirve un instructivo?, ¿para qué sirve una noticia?, ¿para qué sirve un texto enciclopédico? Todas estas preguntas las responden fácil ¿Para qué sirve la poesía? Ahí a los alumnos se les complica. Buscan una respuesta correcta, única y no la encuentran. Y se arma el debate. "Para mí la poesía sirve para enamorarse". "No toda poesía es sobre amor". "Entonces sirve para inspirarse". "¿Y eso qué sería?". "Qué sé yo, para entretenerse". "Para expresar los sentimientos, no sé". "Para escribir cosas con rima". "No sé para qué sirve, para nada". "Seño, ¿cuál es la respuesta? No sé qué poner". A partir de todo eso, es momento de hacer hablar a los distintos poetas, a Octavio Paz, a Jorge Luis Borges.
Acción poética Tucumán
Luego de entrar en calor, les reparto a los alumnos un montón de tarjetas con poemas de distintos autores como Nicolás Guillén, Gioconda Belli, Alfonsina Storni, Jorge Luis Borges, José Martí, María Elena Walsh, Edwin Madrid, Langston Hughes, Juan Lima, Mar Banegas, Laura Devetach, Nicanor Parra, Jaime Sabines, Fabio Guerra, Jorge Luján, Federico García Lorca, Pablo Neruga, Oliverio Girondo, Juan Gelman, Mario Benedetti, Gabriel García Márquez.
La consigna es que elijan la poesía que más les haya gustado para leer a sus compañeros. No es fácil para ellos tomar esa decisión porque les suele gustar más de una. Luego de leer, otros niños acotan: "a mí también me gustó", "yo también estaba por elegir esa". Y cuando le pregunto por qué les gustó, hay distintas explicaciones. Incluso a veces no saben por qué. Algunos motivos: "porque cuando era más chica solía jugar con barquitos", "porque tengo un gato", "porque me gustan las flores", "porque es divertida", "no sé, me gusta cómo suena".
Otra consigna para el hogar es buscar un poema para compartir en clase. Algunos traen libros de poesía, lo que está bueno. Otros buscan por Internet. Y traen cosas muy lindas.
También leemos y escribimos haikus (poesía breve japonesa) y caligramas (poesía visual).
Para enseñar metáfora me gusta utilizar un fragmento del diálogo de la película "El cartero de Neruda". También que los chicos piensen en metáforas que usamos de forma cotidiana. A los pobres inmediatamente se les vino a la cabeza "el dólar está por las nubes".
Con personificación suelo dar un conjunto de sustantivos y de verbos para que escriban versos con personificación. Por ejemplo, una alumna unió viento con lamentar y escribió: "El viento lamenta que nadie lo quiera".
Para trabajar el sentido de la repetición me gusta leer "Cuadrados y ángulos", de Alfonsina Storni.
Para jugar con palabras me gusta leer "Cabía una vez", de David Wapner y ofrecerles a los chicos, al azar, otros verbos en pretérito imperfecto.
Otra opción linda es leer "Canción de las preguntas", de José Sebastián Tallón y "Las preguntas", de Pablo Neruda e inventar preguntas poéticas.
También es bueno escribir con los chicos poesías colectivas. Jugar con imágenes sensoriales con este libro: "El libro negro de los colores", de Menena Cottin y Rosana Faría.
Como verán, se puede hacer mucho y todavía no llegaremos a responder del todo la pregunta que originó todo esto. Pero sí habremos pasado un buen rato. Eso seguro.