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viernes, 3 de marzo de 2017

Por la libertad (obra de teatro sobre la Independencia), de Julieta Marucco - Los otros héroes



PRÓLOGO
Escribí estas obras de teatro pensando en dos cosas. Por un lado, los actos escolares pueden generar cierta ansiedad tanto a docentes como a alumnos. Para los docentes es todo un desafío preparar un buen acto para compartir con toda la comunidad educativa. Y para los niños puede ser una situación de disfrute como de tensión, "¿y si me olvido de lo que tengo que decir?". También puede ocurrir que el niño se disfrace, repita la frase que le dieron y que quede muy poco sobre lo que realmente importa: aprender, darle sentido a lo que se está haciendo. El acto escolar no tiene que ser para la foto (aunque es lindo guardar una foto), debe ser una instancia más de aprendizaje. Y por sobre todas las cosas debe disfrutarse. Para eso recomiendo consensuar la asignación de personajes y pensar en un texto que si no me acuerdo exactamente la frase que tengo que decir, pueda cambiarla por otra y seguir el hilo de la historia. Es decir, trabajar más sobre la compresión de la historia que sobre el aprendizaje memorístico de una frase.
Por otra parte, pensé en trabajar en aquellos personajes que fueron importante para la historia pero que no tuvieron, por mucho tiempo, presencia en los libros de historia y en los rituales escolares. Así es que a partir del lema "los otros héroes" pensé estas historias, que iré compartiendo poco a poco en este blog.

La primera obra está pensada para chicos más grandes. Puede servir tanto para el 25 de mayo como 9 de julio (básicamente porque es un proceso). Como es una historia de amor y drama, simplemente se puede leer la historia y discutir sobre ella, a modo disparador. A lo que se le puede sumar una visita al Cabildo de Buenos Aires.



POR LA LIBERTAD

 
PERSONAJES

JARO
ZEILA
ARBULA
KAMARIA
DOÑA DOLORES
DON JUAN FELIPE
DON MANUEL VICENTE
SEÑORITA MARÍA CRUZ

Obra dividida en cuatro actos
Con la proclamación del gobierno patrio, en 1810, la lucha por la independencia se hizo más intensa. Los plebeyos[1] participaron activamente en el proceso revolucionario.


[1] Grupo social sin poder para tomar decisiones políticas (vendedores ambulantes, aguateros, peones o esclavos).



PRIMER ACTO

PERSONAJES

JARO
ZEILA
KAMARIA

Escena 1

Cerca del mediodía, en la cocina de la casa de los Pereyra de Andrada, Kamaria y Zeila preparan la comida. Jaro ingresa desde el patio con la cosecha.

Jaro: Les traje zapallo.
Kamaria: Gracias, hijo. Después vaya a ver a su padre, que está preocupado por los caballos.
Jaro: Ahora voy.
(Jaro se sienta en la cocina a descansar un rato)
Kamaria: El blanco está muy flaco.
Jaro: Está viejo.
Kamaria: Ya sé, ya se lo dije. Pero su padre ama a ese caballo como si fuera suyo.
Jaro: Y mucho no se puede hacer, pero bueno, vamos a tratar.
Kamaria: Gracias, hijo.
Zeila: (dirigiéndose a Kamaria) ¿Le agrego agua?
Kamaria: Sí, un poco.
(Jaro se levanta, toma una cuchara y prueba la comida)
Kamaria: ¿No tiene trabajo que hacer?
Jaro: (En tono gracioso) Supervisar la comida.
Kamaria: (Hace una mueca) Mejor vaya a ver a su padre, antes que le rebane el pescuezo por metido. Deje a la muchacha trabajar tranquila.
Zeila: No pasa nada, Kamaria… (Riéndose de Jaro) ¿Qué vajilla vamos a usar?
Kamaria: Ah, la vajilla. Voy a buscar otros platos, la señora dijo que vienen visitas. Ya vengo, que no se queme.
 (Kamaria se va)
Jaro: ¿Quiénes vienen?
Zeila: No sé, alguien importante.
Jaro: Espero que no sea el joven de la otra vez, no quiero ponerme celoso.
Zeila: ¿Lo dice por la señorita María Cruz?
Jaro: No, por usted.
Zeila: Jajaja, no me haga reír. Quién se va a fijar en esta negrita.
(Jaro se le acerca a Zeila, con mirada seductora, y se señala)
Zeila: Ay, pero qué dice. (Se le cae la cuchara) Me pone nerviosa. Hace que se me caigan las cosas. No se puede cocinar con usted encima.
 (Jaro toma la cuchara y otra vez roba un poco del guiso que está en la olla).
Jaro: Esto está muy rico. Cada día lo prepara mejor.
(Zeila hace un gesto con la cabeza como de fastidio para disimular su risa frente a la desfachatez de Jaro. Jaro se va y deja sola a la muchacha)
TELÓN


SEGUNDO ACTO

PERSONAJES

DON MANUEL VICENTE
DON JUAN FELIPE
DOÑA DOLORES
SEÑORITA MARÍA CRUZ
ARBULA
JARO
ZEILA
KAMARIA

Nota: Se recomienda dividir el escenario en dos mitades. Por un lado la cocina y por el otro el comedor de la casa.

Escena 1

Sentados en el comedor, los señores Manuel Vicente, Juan Felipe, la señora Dolores y la señorita María Cruz almuerzan. Zeila sirve la comida.


Manuel Vicente: Como le venía diciendo, la situación política es compleja. Los españoles están en crisis, es cierto. Las noticias que llegan dicen eso. Pero uno los ve fuertes todavía.
Juan Felipe: Cuentan con la ventaja de que tienen años y años de formación militar[1].
Manuel Vicente: Pero nosotros tenemos lo nuestro. Aunque debo reconocer que la disciplina y la organización son un asunto clave en los tiempos que corren.
Dolores: ¿Hay posibilidades de que los españoles tomen represalias[2]?
Manuel Vicente: Ojalá pudiera decirle que no, señora. Pero me temo que vamos a tener que luchar bastante.
Dolores: Confieso que siempre me dio miedo la impulsividad de los revolucionarios. Los revolucionarios nos hablan de libertad, de justicia, de prosperidad. ¿Y la economía?
Juan Felipe: Dolores, la economía ya era un problema. (Se dirige a Manuel Vicente) Lo que pasa es que ella prefiere a los ingleses…
Dolores: No estábamos tan mal con ellos.
Juan Felipe: (Como enojado) Bah, era insostenible también.
Dolores: No estábamos tan mal, hay que reconocerlo.
Juan Felipe: Ay, estas mujeres analizan la economía por un pañuelo importado que pudieron comprar[3]. (Dolores lo mira enojada y Juan Felipe se enoja) ¡Nos vinieron a saquear y yo tengo que estar arrepentido de no haberlos dejado!
Manuel Vicente: Bueno, bueno, calma, calma. Lo cierto es que los ingleses son piratas. Huelen dinero y zap, te lo quitan. Tienen esa astucia… Lo primero que hicieron al poner un pie es robar toda la recaudación. Si son tan buenos, ¿por qué allá en el norte se independizaron? Son piratas. Astutos piratas.
María Cruz: (Confundida) ¿Piratas?
Juan Felipe: Ladrones, a eso se refiere el señor.
María Cruz: (Preocupada) ¿Van a volver?
Dolores: ¿Van a volver los ingleses?
 Manuel Vicente: No creo.
Juan Felipe: ¿Estamos seguros de eso?
Manuel Vicente: No creo. Mientras Francia los tenga entretenidos, no creo. De todas formas, necesito ensanchar mis tropas para controlar el norte. Allá dicen que la cosa está complicada. Por eso he venido, además de a comer esta exquisitez, a que entiendan la situación y colaboren por la paz en el territorio.
Juan Felipe: Tengo un esclavo que está en edad como para alistarse. Es joven y fuerte el muchacho.
(Zeila salpica un poco cuando sirve el agua y hace un ademán para disculparse. Dolores la reta con la mirada)
Manuel Vicente: ¿Cuántos años tiene?
Juan Felipe: ¿Cuántos años tiene, Zeila?
Zeila: Quince, señor.
Manuel Vicente: ¿Lo podré ver?
Dolores: El problema es que si se va, me queda la estancia, todo, a la buena de Dios.
María Cruz: Está Arbula, mamá.
Manuel Vicente: ¿Quién?
Dolores: El padre, pero está viejo y tiene poca fuerza. Y como usted sabrá, aquí hay mucho trabajo para hacer.
Juan Felipe: (se dirige a Manuel Vicente) ¿Me permite un momento?
Manuel Vicente: Sí, cómo no.
(Dolores se levanta y va a un rincón a hablar con su esposo)
Juan Felipe: Que se lleve al muchacho. Nos arreglaremos. Es un tiempo nada más.
Dolores: ¿Y si muere?
Juan Felipe: Ya veremos. Pero si no le doy al muchacho, va a querer que venda las joyas.
Dolores: Bueno, está bien. Nos arreglaremos.
(Vuelven los dos a la mesa)
Juan Felipe: No hay problema, se puede llevar al esclavo.
Manuel Vicente: Gracias por el aporte, se le va a recompensar, no tenga duda de ello.
Juan Felipe: Zeila, vaya a buscar a Jaro.
 Zeila: Sí, señor. Ya mismo se lo traigo.

Juan Felipe: Vaya de una vez y no me mire con esa cara.


[1] Hace una diferencia con respecto a las milicias voluntarias creadas a partir de las invasiones inglesas (1806-1807).
[2] Este era uno de los miedos más profundos de los criollos. Recordemos que el rey de España, Fernando VII, es tomado como prisionero en 1808 por Napoleón Bonaparte (Francia), y en su nombre gobierna la Junta de Sevilla hasta 1810. Es decir, pasaron dos años antes de que se diera un paso hacia el gobierno propio.
[3] Se refiere al monopolio comercial impuesto por España en comparación a la apertura comercial que establecieron los ingleses cuando invadieron el territorio.

Escena 2

En la cocina se encuentran Jaro y Arbula comiendo. Kamaria limpia los trastos.

Kamaria: ¿Qué es esa cara, muchacha? ¿No les ha gustado el guiso?
Zeila: No. Sí.
Kamaria: ¿No, sí?
Zeila: Que no.
Kamaria: ¿Que no les gustó?
Zeila: Que no es el guiso, el señor quiere ver a Jaro.
Arbula: ¿Y eso por qué?
Zeila: Porque no tienen miedo a los piratas, pero que los españoles están bravos y necesitan al muchacho.
Kamaria: Ay, muchacha, qué desgracia, qué desgracia para mi Jaro. Yo sabía que esto iba a pasar.
Arbula: Por favor, mujer. (En tono de orden) Jaro, vaya a presentarse que el patrón lo espera.
Zeila: Dígale que no puede, que tiene mucho trabajo acá en la estancia.
Arbula: Nada de eso. Vaya a ver qué le dicen.
Kamaria: Pero…
Arbula: Pero nada. Vaya, Jaro, vaya.

Escena 3

En el comedor, los comensales han terminado de comer. Zeila retira los platos y sirve el postre. Jaro se presenta.

Jaro: ¿Mandó a llamar, señor?
Juan Felipe: Sí, aquí el señor me comentaba…
Manuel Vicente: Necesitamos que vaya a pelear al norte contra los realistas. A pelear por la patria, la patria que hemos construido.
Juan Felipe: Lo que quiere decir el señor es que debe alistarse en las tropas y luchar contra los españoles. En la estancia ya nos arreglaremos.
Manuel Vicente: Y lo mejor de todo, muchacho, es que el premio es su libertad.
Jaro: (Sorprendido) ¿Libertad?
Manuel Vicente: (dirigiéndose a Juan Felipe) ¿Vio cómo le brillaron los ojos? Tiene razón el jefe, hay que darle motivos a éstos para que luchen con ganas. (Dirigiéndose a Jaro) Sí, así es. Esta patria trae oportunidades para todos. Si va al norte, puede considerarse libre.
Dolores: ¿No será demasiado?
Manuel Vicente: No, para nada. El negocio es así: si tienen motivos para luchar, lucharán mejor. Con eso nos aseguraremos la paz en el territorio, nuevas tierras. La recompensa será mayor a la pérdida de un esclavo.
Juan Felipe: Prepárese para irse con el señor. Se van en la mañana, ¿no?
Manuel Vicente: Sí, en la mañana.
Juan Felipe: En la mañana, Jaro. Ya se puede retirar.

Escena 4

En la cocina Kamaria está sentada y reza. Arbula está nervioso y trapea el piso.

Arbula: ¿Qué le dijo el patrón?
Jaro: Que me voy para el norte, mañana a la mañana.
(Kamaria empieza a llorar)
Arbula: No llore, Kamaria.
Jaro: Madre, no llore. Es por un tiempo nomás.
Kamaria: ¿Cuánto tiempo?
Jaro: No me dijeron. Pero ni bien termine, me regreso para acá, me dejarán ser un hombre libre.
Arbula: ¿Eso le prometieron?
Kamaria: Debe ser peligroso a donde va. Si no, no le prometerían tal cosa.
(Zeila ingresa con algunos platos)
Jaro: Madre, me sé cuidar. Va a ver que voy a volver.
Arbula: Debe ser riesgoso. Pero es una oportunidad, Kamaria. Ya, deje de llorar.
Zeila: No entiendo cómo se pueden poner contentos. ¡Lo van a matar!
Arbula: Zeila, vaya a lavar la ropa, haga algo, pero deje de ponerme a Kamaria nerviosa.
Zeila: Pero…
Arbula: ¡Fuera de acá!
Jaro: Padre…
Arbula: Acá todo el mundo tiene que hacer lo que tiene que hacer. Y se acabó. Que no se diga más.
TELÓN

TERCER ACTO
Escena 1

A la madrugada, en la cocina, Zeila bebe leche tibia. Jaro se acerca.

PERSONAJES

ZEILA
JARO

Jaro: ¿Qué hace acá?
Zeila: No podía dormir.
Jaro: ¿Por mí?
Zeila: Por sus padres. Sobre todo por su madre que está muy angustiada.
Jaro: ¿Y usted?
Zeila: ¿Y yo qué? ¿Qué importa si yo…?
Jaro: Sabe que la quiero.
Zeila: No, son mentiras. Si me quisiera…
Jaro: ¿Y qué más puedo hacer, Zeila?
Zeila: Escaparse. Eso, escaparse.
Jaro: Escaparme para que pongan una recompensa y me atrapen a pocos kilómetros de aquí. Y ser siempre un esclavo, cuando podría ser libre.
Zeila: (Desesperada) ¡Ser hombre vivo! ¡Los muertos no disfrutan de la libertad, Jaro!
Jaro: Pienso volver, soy experto en sobrevivir.
Zeila: A los castigos, pero no a las balas. Si nunca ha manejado un arma. ¿Qué va a hacer ahí?
Jaro: Aprenderé. Pero otra cosa no puedo hacer. Si me escapo, me van a vender a otra estancia y sería lo mismo. Lejos de usted, de mis padres…
Zeila: ¿Y yo?
Jaro: Volveré por usted.
Zeila: Pero yo no seré libre.
Jaro: Juntaré dinero para que sea libre[1] y me casaré con usted.
Zeila: No quiero que se vaya. Discúlpeme pero no puedo aceptarlo.
 
TELÓN

[1] Algunos esclavos pagaban por su libertad una cuantiosa suma de dinero, algo muy difícil de conseguir para ellos por su situación.
 
CUARTO ACTO

PERSONAJES

JARO
ZEILA
 KAMARIA
DON MANUEL VICENTE
DON JUAN FELIPE
DOÑA DOLORES
SEÑORITA MARÍA CRUZ
ARBULA

Escena 1

A la mañana, Manuel Vicente y Jaro suben a sus respectivos caballos. Todos están en la puerta de la estancia menos Zeila.

Juan Felipe: Buen viaje, Manuel. Que les vaya bien.
Manuel Vicente: ¡Viva la patria!
Juan Felipe: ¡Viva!
Kamaria: (Despliega unas lágrimas) Cuídese mi Jaro.
(Mientras asiente, Jaro busca a Zeila con la mirada, cada vez más desesperado porque no la encuentra. Hasta que llega Zeila llega corriendo)

Zeila: Por favor, Jaro. Por favor, prométame que volverá. Yo lo esperaré, lo esperaré. Por favor, prométame que volverá.
Jaro: Se lo prometo, Zeila. Se lo prometo.
(Zeila besa en la frente a Jaro)
Zeila: (Desbordada por las lágrimas, se dirige a Juan Felipe) Por favor, señor, prométame que va a volver y que yo estaré aquí para esperarlo.
Juan Felipe: Sí, muchacha, lo prometo.
(Zeila enjuga sus lágrimas con el dorso de la mano y despide a Jaro que se aleja)

TELÓN
FIN DE LA OBRA





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