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lunes, 19 de diciembre de 2016

Propuesta para séptimo grado (subgénero maravilloso, fantástico y extraño)


Comparto algunas ideas de un trabajo que realicé...

(Resumen de un recorrido lector)

Eje: Dualidad en el Yo.
  
¿Por qué la dualidad en el Yo? Porque el Doppelgänger (doppel doble- gänger andante) es una temática recurrente en el género fantástico. Se trata de un problema de orden psicológico, donde la identidad del personaje se ve afectada. La aparición de un doble es el elemento fantástico que desconcierta al personaje. 

Subgénero maravilloso:

El hombre de la piel de oso, de Jacob y Wilhem Grimm. 



El cuento es interesante porque refleja la situación que viven los soldados después de una guerra. La falta de dinero, oficio y contención familiar, el aspecto parecido a una bestia (exceso de barba y desaliño) y el miedo que produce en otros, son elementos que dan cuenta de esta situación dramática. En esta historia aparece la figura del diablo proponiendo un pacto, lo que resulta bastante típico en los cuentos moralizantes.
 
El punto de contraste con la novela El hobbit es con el personaje Beorn. Beorn es un cambia pieles, por momentos es un oso negro y en otros, un hombre.  

(Se puede incluir El sastrecillo valiente por su intertextualidad con El hobbit- capítulo 2 y comparación con el personaje de Bilbo, aunque no tenga que ver con el eje propuesto)

El hobbit, de Tolkien.


Se puede decir que la novela reúne varios elementos del género maravilloso y que tiene la particularidad de haber sido escrita para niños (no es el caso de los cuentos de tradición oral). Además, surge a partir de las críticas que el autor hace de los cuentos de hadas. Más sobre esta novela en este post.





Subgénero fantástico:
El extraño caso del Dr. Jekyll y de Mr. Hyde, de Robert Louis Stevenson.


La novela tiene un punto de comparación con El Hobbit  por lo que le sucede al personaje Gollum. Como en el caso de Gollum, la propia personalidad del doctor, influye en la transformación. El hecho de haber decidido ser sujeto de experimento, da cuenta de que hay una decisión personal, que va más allá de lo químico. Incluso algunas metamorfosis se empiezan a generar sin que Jekyll beba ninguna poción. También el elemento en común es la fascinación por lo prohíbido. A diferencia de Gollum, los cambios en Jekyll son reversibles hasta que se vuelve incontrolable para él. 







La casa de azúcar, de Silvina Ocampo.



Lo que dispara la metamorfosis en Gollum es el anillo Único, en el Dr. Jekyll el brebaje que prepara. En Cristina, la caza de azúcar.

Si bien Cristina pierde su identidad para ganar otra, como le ocurre a Gollum y a Jekyll, esa identidad no forma parte de su Yo, es el Yo de un Otro. No es su lado oscuro, oculto, es la identidad de otra persona.

Se puede asociar la casa de azúcar con Hansel y Gretel.

En: Ocampo, Silvina. Cuentos completos I. Ed. Emecé, 1999.


Mi sombra, de Enrique Anderson Imbert

La sombra de una persona parece tener vida propia. Esto no inquieta al personaje, al contrario, lo alegra.

Espiral, de Enrique Anderson Imbert.

Puede que haya un doble idéntico a él (idea de gemelo) o que sea un sueño.

Subgénero extraño:


El doble, de Ricardo Mariño.


Este cuento permite la comparación con Espiral de Anderson Imbert puesto que hay un doble que inquieta al protagonista y en ambas historias se cree que el doble existe físicamente (idea de gemelo). En Espiral queda a interpretación del lector si existe o no la duplicación. En el caso del cuento de Mariño, el doble no existe (aunque durante todo el cuento el protagonista y el lector creen que sí). La explicación final termina de convertir un cuento que podría haber sido fantástico en un cuento extraño.  

Otro aspecto interesante del cuento, El doble, es que la madre advierte a Severo que no camine por el sendero de piedras y Severo desobedece. En Caperucita roja se da algo similar en términos de senderos en el bosque y prohibiciones. La diferencia está en que Severo sufre en un plano psicológico, al creer que hay dobles. No hay otro personaje que lo amanece o lo ataque físicamente, como sucede en el cuento de Caperucita. Además, en el mundo de Caperucita se admite lo sobrenatural y en el mundo de Severo, no.


En: Mariño, Ricardo. Cuentos espantosos, Ed Libros del Quirquincho, 1994.                                                                            

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