Se sientan los jugadores en el suelo. Una forma de decidir el turno es que cada uno tire las piedras para arriba y ponga las dos manos dada vueltas. Quien haya logrado retener más piedras, empieza.
El juego tiene instancias de distinta dificultad: "la del uno", "la del dos", "la del tres", "la del cuatro" y "el tanteo". Para comenzar, se desparraman las piedras en el suelo. El jugador tira al aire una piedra y recoge junto a esa, otra. Y así una por una hasta terminar de recoger todas las piedras. No debe tocar el resto de las piedras cuando hace la recolección ni dejar caer una piedra al suelo. Cuando termina esa ronda, debe recoger de a dos y después de a tres y después las cuatro. Al final, hay dos variantes para sumar puntos. Una es hacer lo mismo que se hizo para decidir el turno, tirar todas las piedras y retenerlas. Y otra es formar un cuadrado con cuatro piedras y hacer la recolección. Al principio se recoge como "la del uno", después se tirarán dos piedras al aire para recoger la segunda piedra, y así.
Para "la del uno" resulta más conveniente que las piedras estén separadas entre sí. Pero para la del cuatro, no. Cuando recién se conoce el juego, puede que el jugador no controle la intensidad con que tira las piedras. O que arroje la piedra a una distancia insuficiente como para tener tiempo para recoger otra piedra. O que la piedra choque con la otra y la haga saltar. Con el tiempo la mano empieza a entrenarse. Como cuando uno tipea un texto sin mirar.
Este juego se ha jugado en distintas culturas del mundo, por lo tanto, puede haber múltiples formas de jugarlo. Esta es una de ellas.
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