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viernes, 26 de febrero de 2016

Tutti frutti (especial)

El tutti frutti es un juego que siempre me gustó mucho porque lo jugaba con mi mamá, mi prima y mi hermana los días de lluvia o de mucho aburrimiento. Mi hermana menor quería jugar igual, a pesar de su dificultad para escribir rápido (tenía 7 u 8 años). Además, escribía cosas raras. Recuerdo que en la parte famosos puso Chacoleta Pelegrini, en vez de Carolina Peleritti. Entonces, el juego parece sencillo pero si uno recién empieza a escribir, claramente no lo es. Es por eso que con una compañera de prácticas del profesorado adaptamos un tutti frutti para primer grado.



Armamos grupos de juego. Un integrante del grupo debía escribir y el resto colaborar con palabras. En la siguiente ronda, rotaban. De esa manera todos tuvieron la oportunidad de escribir.

Al sacar una letra de las tarjetas que preparamos, los niños tenían que escribir cinco palabras (cualquiera que sepan con esa letra) y al terminar anunciar que tenían completa la tarjeta (una hojita con 5 renglones para llenar). 

Con T algunos pusieron Tomate, Tomate chery, tota (por torta), por mencionar algunas que recuerde. Todas las dimos por válidas, en estos casos hay cierta flexibilidad con las reglas.

Los niños jugaron con tanto entusiasmo que no se daban cuenta y gritaban las palabras. Y nosotras les decíamos: "no griten, que se va a copiar el otro grupo". Igual, el entusiasmo ganaba. El resultado: pasamos un buen momento con los chicos y ellos pudieron usar lo que habían aprendido.

Es cierto que es un juego competitivo pero a la vez es un juego colaborativo porque los chicos tienen que apoyarse en otros miembros del grupo. Cuando los juegos son un poco competitivos hay que tener cuidado para que no haya problemas como burlas, enojos, etc. La idea es hacer hincapié en la diversión por el hecho de jugar y que a veces se gana y se pierde y no tiene que pasar nada con eso.

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