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lunes, 2 de noviembre de 2020

Terror en Diablo Perdido, de Horacio Convertini.

Vamos a ponerle a Halloween un poco de nuestra impronta argenta. Por eso vamos a leer: Terror en Diablo Perdido, una novela corta del gran escritor Horacio Convertini, ganadora del Premio Sigmar 2013. 

La historia es así: un chico llamado Raúl debe viajar a Diablo Perdido con su maestro y dos compañeros. ¿Qué van a hacer allí? Van a una competencia de narración. ¿Y eso qué tiene de escalofriante? Aparentemente nada, los nervios de la competencia. El problema es que antes de ir de viaje a Raúl se le aparece una campesina zombi para advertirle que no vaya. Sumado a eso, al profe se le ocurre la genial idea de contarles la leyenda urbana que circula por el lugar, de un tal Juan Taura, asesino de niños que deambula por Diablo Perdido. 


Si hablamos de Halloween lo primero que nos viene a la mente es: disfraz y dulces. Está muy bien. A eso le podemos incorporar el relato de historias de terror. Podemos ver películas de terror hollywoodenses, incluyendo el hermoso corto de Tim Burton titulado "Vincent". Pero también podemos ir al terror local, que seguro va a causar mucho miedo. Esta versión de la leyenda de Taura está muy buena y puede dar el puntapié para hablar de otras leyendas urbanas que se cuentan en todos los campamentos. En el libro se hace mención a: el Pombero, el Lobizón y el Basilisco. También como leyendas urbanas tenemos: la luz mala, el familiar, el yasy yateré, entre otras. Cada región del país, además de brindarnos un hermoso paisaje y una gastronomía diferente, nos aportan sus historias espeluznantes. Incluso cada barrio de CABA prácticamente tiene su leyenda urbana disponible para no dejar a ningún vecino tranquilo.

Otra opción muy buena que a mí me generó mucho miedo en mi infancia es recurrir a los cuentos de terror de Elsa Bornemann publicados en "Socorro" y "Queridos Monstruos".

Cuentos como "Los Muyins" o "El loco de la patada" generan mucha tensión al día de hoy. En "Los Muyins" tenemos unos seres sin cara, un terror situado en oriente, mientras que en "El loco de la patada" un cartonero es poseído por unos zapatos. Es decir, estas antologías muestran una amplia variedad para elegir la forma en la que se puede morir de miedo.